La eliminación ordenada abre camino sin contaminar el resto de la vivienda. Instala barreras de polvo, presión negativa y rutas de desescombro antes de romper. Demuele de arriba hacia abajo y de adentro hacia afuera, protegiendo instalaciones activas señalizadas en el mapa. Al terminar, limpia y verifica alineaciones para que los siguientes oficios encuentren un terreno claro, evitando improvisaciones que multiplican desperdicio y generan conflictos innecesarios.
Refuerzos, nivelaciones y correcciones estructurales deben preceder a rozas y canalizaciones. Coordina electricidad, datos, fontanería y climatización para compartir recorridos, reducir cruces y respetar pendientes y radios de curvatura. Usa el mapa para programar inspecciones intermedias y pruebas de presión o continuidad antes de cerrar. Así se minimizan retrabajos costosos tras el enlucido, y los equipos confían en que su trabajo no quedará enterrado sin validar.
Cerrar paredes y techos solo después de certificar preinstalaciones evita dramas. Luego vienen solados, alicatados, carpinterías y pintura, cuidando secados y curados. Programa el montaje de mobiliario y encimeras cuando los acabados ya estén seguros. Con el mapa, coordinas remates finos, pruebas de funcionamiento, sellados sanitarios y limpieza final. La entrega deja de ser un sprint caótico y se transforma en un paseo controlado por hitos medibles y bien sincronizados.